miércoles, 9 de noviembre de 2011

Conclusión

Llegados a este punto, hacemos balance de las distintas tareas (investigación, estudio, comprensión y redacción) que hemos desarrollado para la confección de nuestro trabajo, así como del resultado positivo que creemos que hemos conseguido.


En primer lugar, podemos decir que con la ayuda del libro Culturas y acción comunicativa: Introducción a la pragmática intercultural, no hemos podido comprender todos los fundamentos básicos de las Estrategias conversacionales desde una perspectiva intercultural, ya que no disponíamos de un conocimiento enciclopédico sobre este tema. Por ello, entre otras cosas, hemos tenido que revisar los apuntes de clase, recordar teorías anteriormente estudiadas en asignaturas como Lingüística, consultar otros manuales académicos de pragmática intercultural, como por ejemplo Pragmática intercultural de Antonia Sánchez Macarro, Vicent Salvador Liern, Josep-Ramon Gómez Molina, El poder de la palabra y la nueva torre de Babel: Ensayo sobre el uso actual de la lengua, de Ramón Grande del Brío, etc.


En segundo lugar, una vez hemos adquirido un cierto bagaje de información sobre este tema, hemos pasado a estudiar las cuatro máximas conversacionales (máxima de calidad, máxima de cantidad, máxima de relevancia y máxima de claridad (breve, ordenado y claro)), ya que para confeccionar el blog era necesario saber concretar la información y exponerla con claridad.

En tercer y último lugar, es importante apuntar que con la consulta, estudio y comprensión de las materias anteriormente citadas, y con la minuciosidad con la que hemos expresado todas nuestras ideas, pensamos que el resultado de este trabajo ha sido positivo, porqué todo lo que rodea el ámbito pragmático de las estrategia conversacionales queda ausente de ambigüedades y, por tanto, claramente esclarecido: toda estrategia conversacional requiere el contraste de las distintas categorías pragmáticas desde la óptica de la comunicación intercultural, ya que en una sociedad multicultural como la nuestra, las estructuras verbales o no verbales son el elemento clave para la interacción de todo individuo.

Comunicación no verbal

La comunicación no verbal es un proceso de transmisión de información que se da mediante gestos y que carece de estructura verbal. Es importante tener en cuenta que toda gesticulación favorece la expresión de situaciones comunicativas, ya que nos permite, entre muchas otras cosas, situar espacialmente y temporalmente aquello sobre lo que un emisor y un receptor debaten. Ahora bien, cabe recordar que un simple movimiento de la mano, un ceño, una sonrisa… además de facilitar la contextualización espacial o temporal de un determinado acto comunicativo, también favorece la expresión de pensamientos y sentimientos que con la pronunciación de una palabra seríamos incapaces de transmitir. Desde el siglo pasado hasta la actualidad, este hecho, es decir, la superposición de la comunicación no verbal a la verbal, ha despertado especial interés entre los filósofos, como podemos observar en las definiciones que algunos de éstos han expuesto en sus teorías pragmáticas. A continuación, exponemos algunas de estas definiciones:


1- Merleau Ponty (1945) exponía que “[…] el gesto […]se encuentra en lógica relación de congruencia con el poder de significación que […] se atribuye a la misma corporalidad”.


2- Birdwhistell (1952) informaba que la “[…] descripción sistemática de la significación gestual […] podríamos considerarla fundacional”.


3- Poyatos (1994) defendía que “[…] los gestos pueden desempeñar a veces una función referencial, sus propias condiciones de uso, diferentes a las de los signos verbales, los hacen merecedores de un enfoque pragmático”.


La autenticidad de estas citaciones la podemos constatar observando atentamente la manera de comunicarse que tiene la comunidad sorda, ya que en cualquier diálogo que pueden entablar dos personas sordas no se aprecia la transmisión de información mediante estructuras verbales, sino con movimientos realizados con los brazos, con la cabeza, con el cuerpo, etc. hecho que deja en evidencia que las potencialidades simbólicas del lenguaje no verbal son muy superiores a las del lenguaje vocal.

Valoración del silencio

Este apartado analizado a partir del punto de vista de tres autores:


Bickerton considera la hominización como un proceso importante para el antropoide, ya que este se desenvolvió en la sabana. Desarrolló una capacidad de control inhibitoria: el grito de alarma (delatar sin ocultar o salvar) o el grito de júbilo ante una presa. El proceso inhibitorio exigía un control cortical de una actividad vocalizadora que dependía de controles neurovegetativos o subcorticales.
El silencio es el sustrato de toda praxis verbal, que permite dar sentido y valorar el lenguaje, propicia la ausencia o suspensión de la actividad y finalmente, se asocia a la actividad cognitiva. La valoración positiva del silencio depende del grado en el que la conducta silenciosa se asocia al valor de autenticidad en nuestra expresión lingüística. Mientras que, la valoración positiva de la palabra depende del grado en que se entiende como mecanismo clarificador de relaciones sociales ambiguas.

Basso explica el silencio como respuesta a una relación social incierta, que constituye una conclusión descriptiva pero no explicativa. Habla del papel y de la valoración de los silencios en diferentes culturas, ejemplo:
Cultura apache: el silencio en encuentros sociales con desconocidos, en las primeras fases del cortejo, se evita responder a una persona que insulta, se evita hablar con las personas que guardan duelo, etc. Por lo tanto, el uso de la palabra valorado de manera arriesgada para la imagen social de los interlocutores.
Cultura occidental: la palabra como medio útil y necesario para reducir la incertidumbre o el carácter impredecible de las relaciones sociales.

Scollon & Scollon, se habla de la oposición entre el carácter taciturno y locuaz en la cultura angloamericana y en la atabasca:
Cultura atabasca: ante desconocidos no se toma la iniciativa conversacional i menos aún cuando la posición social es superior. El atabasco locuaz ante conocidos y cuando la relación es asimétrica habla el interlocutor con posición dominante (exhibición).
Cultura angloamericana: conversar es el medio de aproximación a un extraño y el silencio entre sujetos con una estrecha relación social. Ante una relación asimétrica el sujeto con una posición subordinada (se exhibe) es el queB habla.


Conviene precisar la naturaleza de los encuentros sociales en que se manifiestan estos comportamientos y descubrir valores, roles asociados a la palabra y al silencio. La problemática del contacto intercultural se expresaría en términos parecidos en todas las culturas que hemos tratado.

Ritualización

Otro tema bastante interesante para contrastar diferentes culturas/ lenguas es la cultura verbal y la extraverbal. Hacemos una distinción entre lengua y cultura, porque no siempre una lengua equivale a una cultura, ya que en una única cultura puden encontrarse diferentes estructuras lingüísticas y, por lo tanto, diferentes lenguas. Estas diferencias equivalen a lo que llamamos ritualización lingüística, las cuales, a veces, muestran implicaciones ideológicas. Al ser una característica propia de cada lengua, podemos hacer una agrupación, es decir, por una parte tendríamos las lenguas/culturas con mayor presencia de este componente y, por otra parte, las que menos.


Es conveniente indicar que los ritos verbales son obligatorios en todas las lenguas, ya que son imprescindibles por dos razones. La primera razón "constituye un acuerdo social con el que damos una solución cómoda y económica", es decir, cuando respondemos al saludo de cualquier persona, dejamos ver que estamos interesados con ella y al mismo tiempo quedamos como personas educadas. Otro ejemplo, sería pronunciar expresiones como "te acompaño en el sentimiento" en un entierro, ya que cuando utilizaramos esta expresión en este contexto no causamos ningún tipo de malentendido, y en cambio si la decimos en un aniversario o en un acto festivo crearíamos ambigüedades. La segunda razón es la creación de un marco comunicativo a través del componente ritual que gracias a él presentamos una situación con mayor o menor grado de informalidad.


En conclusión, para poder diferenciar dos lenguas/culturas o más entre sí, es necesario tener en cuenta el componente ritual o, mejor dicho, la ritualización.

La actividad negociadora

A día de hoy, otro tema de interés es el intercambio comunicativo que podemos observar en un diálogo sobre una actividad negociadora en diversos tipos particulares de situación conversacional. Por ejemplo, si tomamos como modelo una operación de compraventa, observaremos que los cumplidos y las expresiones de discrepancia se entrelazan en continuas ocasiones. Estas expresiones estarán condicionadas por el tipo de dominio sociolingüístico en el que se observan y mirando también la perspectiva intercultural. No obstante, se ha observado la prevalencia en determinadas culturas de una respuesta de agradecimiento ante un cumplido.


Si analizamos una lengua como es el "thai" contemplamos que la expresión de desacuerdo ante un cumplido es en un marco cultural dominado por el budismo que sitúa la modestia entre los valores omnipresentes que deben presidir la conducta del hombre totalmente común. En relación a esto, cabe decir que la dificultad en ofrecer respuestas negativas a preguntas es muy crítica. Si cambiamos de idioma y pasamos al "chino", sabemos que si todo lo que se dice en estos tipo de habla se percibe literalmente puede ser que no se perciba toda la información que se quiera transmitir.


La naturaleza de las invitaciones y los turnos subsecuentes a las mismas admite variabilidad cultural. Sucede que tanto invitaciones como respuestas pueden representar un carácter más o menos formal. Hay algunas lenguas en las cuales domina un carácter más formal, una reiteración expresándola, a veces, por procedimientos no convencionales para evitar totalmente el rechazo.


Hay algunas ocasiones en que el valor claramente simbólico de una invitación queda garantizado por el contexto y el tipo de oferta, fuera de toda medida si se toma sentido referencial. Este es el caso de un ofrecimiento común en el ámbito hispánico. Por ejemplo: "Ésta es tu casa", podemos ver que esta donación-invitación no puede ser formalmente rechazada.

Constitución del marco conversacional

En este punto, destacamos que los turnos de apertura y cierre de una conversación cotidiana son aspectos convencionalizados de la praxis conversacional. Por ejemplo, los primeros turnos de una conversación telefónica continen tres secuencias: la llamada (contiene tres turnos: el ring-ring telefónico, la respuesta y la justificación), el saludo y la identificación (suele ir acompañada del saludo, puesto que los actos de habla implicados en la identificación comportan una imagen social). Ante este tipo de situaciones comunicativas, las diferentes lenguas o culturas adoptan tres tipos de soluciones: el "diga", del español peninsular; el "hello", del inglés americano; y que el receptor de la llamada diga su apellido, como pasa en el alemán.



Tenemos que tener en cuenta, que a veces estamos obligados a realizar una secuencia conversacional independiente, como es el caso de la solicitación de una petición de identificación no preferida, la cual tenderá a evitarse, ya que cuando un receptor no es el destinatario de la llamada y pregunta "¿de parte de quién?", lo primero que observamos es la neutralización del carácter no preferido de la petición de identificación.


En resumen, la variedad interlingüística e intercultural de los turnos de cualquier conversación requiere que el receptor de ésta conozca la lengua con la cual el emisor se dirige a él. En este tipo de sitauciones comunicativas, la apertura y cierre conversacional no se ven demasiado favorecidos. Así pues, el dominio incorrecto de los procedimientos con los cuales se crea un marco conversacional, puede comportar efectos negativos en el conjunto de una interacción comunicativa.

Reglas de cambio de turno

Hay un modelo básico para el cambio de turno en el acto comunicativo diseñado por Sacks, Jefferson & Shegloff, éste parece que integra reglas universales. Estas reglas para la asignación de turno que indica el modelo las podemos encontrar puestas en práctica por el modo en que la jerarquización social tiende a expresarse en términos prioritarios o capacidad en el uso de la palabra. En determinados dominios socio - lingüísticos, que valoremos positivamente el acto conversacional, exige un apreciable grado de solapamiento con el que se simboliza "vivacidad" al conversar, e "interés" e "implicación afectiva" de los interlocutores de la conversación, este valor cultural es el que denominamos principio de cordialidad.

Se podría decir que el grado con el que intentan evitarse solapamientos conforman una manifestación en el dominio de las reglas conversacionales del grado en el que se muestra el valor cultural de no interferencia en la autonomía del otro. El dominio de un valor cultural (principio de cordialidad i expresión simpatética) explicaría, al mismo tiempo, mayor presencia de solapamientos.

La existencia de momentos concretos de transición debería explicar la reducción de los solapamientos a simples errores de la praxis conversacional i también explicarían también que los silencios entre turnos presentan un muy breve intervalo.